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Club Taurino Italiano

Una temporada taurina de signo optimista

 

La renovación y el refresco de carteles en Fallas, síntomas de un curso taurino marcado por el signo del toro Domecq y el protagonismo creciente de Alejandro Talavante  

Valencia, 10 marzo

(COLPISA)

Barquerito

 

Ocho de las diez ganaderías anunciadas en el abono de Fallas –siete corridas de toros, dos novilladas y una de rejones- son hijas legítimas del tronco o encaste Domecq: Juan Pedro, Victoriano del Río, Garcigrande, Jandilla, Fuente Ymbro, Núñez del Cuvillo, El Parralejo y José Vázquez.

Las derivas, variantes, particiones y multiplicaciones de las raíces y el tronco comunes han sido tales en los últimos treinta años –lo equivalente a cinco generaciones de cría- que la marca Domecq ha perdido su primitivo sentido unívoco. Salvo en un punto común a todos los grandes nombres de sangres Domecq: la idea de criar un toro destinado a durar y resistir en la muleta, un carácter que ha llegado a fijarse genéticamente.

La corrida de Fallas que abre esta tarde abono en Valencia, la primera del año en plaza y feria de primera, va a ser del hierro de Alcurrucén, encaste Núñez-Rincón, excepción a la regla Domecq por dos razones mayores: un toro que da en promedio mayor carga temperamental y, además, un tipo –cuerna afilada, talla, cabos finos- distinto. El cartel de apertura es original. Ninguno de los tres espadas, de tres generaciones distintas, el arlesiano Juan Bautista, el malagueño Saúl Fortes y el toledano Álvaro Lorenzo, han llegado nunca a coincidir o alternar.

Las veintiuna plazas de Fallas para matador de toros están repartidas entre veintiún espadas. No repite nadie. Se ha dado entrada en distintas ternas a toreros de los llamados emergentes: Álvaro Lorenzo, Javier Jiménez, Román, Roca Rey, Ginés Marín y López Simón, ninguno de los cuales ha cumplido todavía los cinco años de alternativa. Tres de ellos se estrenan en Fallas. Los nombres de refresco son un aliciente.

 

 

En la presentación de los carteles de San Isidro en Madrid, el pasado día 8, El Juli, embarcado ya en su decimonovena temporada como matador de toros, reconoció públicamente en una breve alocución que era imprescindible abrir paso en las ferias a toreros de relevo, nuevos y frescos. Ni Morante de la Puebla ni José Tomás se plantearon torear en Valencia este año. La reaparición el domingo del sevillano Manuel Escribano, tan gravemente herido en Alicante en junio de 2016, es relevante noticia. 

Lo que ha calentado la temporada antes incluso de echar a rodar ha sido el anuncio de la programación completa de primavera en las Ventas, con el estreno en Madrid de Simón Casas como productor, un término que él mismo lleva años intencionadamente colocando por encima del de empresario. La presencia de Casas en la vida taurina de Madrid está siendo un revulsivo no solo por sus maneras y lenguaje renovadores sino por su defensa activa en el foro que sea del valor de los espectáculos taurinos como elemento irrenunciable de la cultura popular.

El recinto de las Ventas va a albergar este año un total de ciento cuarenta espectáculos, pues la reapertura como escenario y macro sala de conciertos –la plaza es la predilecta de intérpretes y públicos- supondrá rescatar un valor añadido del recinto que había entrado en la marginación o la decadencia. Entre el 26 de marzo y el 25 de junio hay programados en las Ventas cuarenta y cinco festejos taurinos: ocho novilladas, cuatro festejos de rejones y treinta y tres  corridas de toros. Una cantidad que sumada al más de medio millar de los recién celebrados en Olivenza –primera feria mayor del curso- y los anunciados en los abonos de Valencia, Castellón, Arles y Sevilla completan una primavera taurina más atractiva de lo habitual.

Corridas sueltas de signo y gancho diversos como las de Illescas, donde hoy vuelve a vestirse de luces Pepe Luis Vázquez, Andújar, Fitero, Ontur, Arnedo, Toledo, Cieza, Guadalajara o Brihuega propician la sensación primaveral de una salida del toreo del túnel. La generosa contribución del Canal Toros –retransmisiones íntegras de los abonos de Valencia, Sevilla y Madrid- no es ajena a esa sensación.

Si se toman los índices del abono de Sevilla y del programa de primavera de las Ventas, y se hace una relación de toreros por el número de toros que van a torear, el inventario  arroja datos de interés. Alejandro Talavante, que arrostra en Madrid el compromiso mayor de cuatro tardes, va a matar doce toros. Más que nadie. Hay tres toreros de diez toros: Morante, Manzanares y López Simón. Tres de nueve: Diego Urdiales, Paco Ureña y José Garrido. Cuatro de ocho: Antonio Ferrera, que ha reaparecido tras dos años de convalecencia de una lesión, El Juli, Manuel Escribano y Roca Rey. Uno de siete: Curro Díaz. Diez de seis: Padilla, Sebastián Castella, Perera, Joselito Adame, Iván Fandiño, David Mora, Cayetano, Alberto Aguilar, Javier Jiménez y Ginés Marín. La relación de los que no llegan a cinco la encabeza Enrique Ponce, que ha declinado la invitación para torear más de una tarde en la Feria de Abril y en San Isidro.

Tres de las doce ganaderías anunciadas en Sevilla, donde hará doblete Núñez del Cuvillo, no estarán presentes en Madrid: ni Torrestrella, ni Daniel Ruiz ni García Jiménez. Las ocho restantes –Miura, Victorino Martín, Jandilla, Victoriano del Río, Garcigrande, Juan Pedro Domecq, Fuente Ymbro y El Pilar- sí cumplen con el doble compromiso de Abril y San Isidro. Victorino, Alcurrucén, Juan Pedro Domecq –con sus dos hierros, el de Veragua y el de Parladé- y el propio Núñez del Cuvillo asumen la prueba de lidiar dos corridas en la primavera de Madrid. En San Isidro, mayoría absoluta de ganaderías del tronco Domecq, se va a mantener la marca clásica del torismo tradicional, con dos novedades esta vez: la repesca del hierro de Dolores Aguirre y el estreno de los buendías-santacoloma de Rehuelga.

 

 

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