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Club Taurino Italiano

Del triunfo de Eugenio de Mora a la cornada de José Carlos Venegas

Andrés Amoròs

ABC, Madrid 11 Agosto 2014

El matador toledano roza la Puerta Grande de Las Ventas en el adiós de la ganadería de Guardiola

 

El día de San Lorenzo, acudo a Las Ventas con hondo pesar para ver lidiar, por última vez, las reses de los Herederos de Salvador Guardiola Fantoni. Ya habían desaparecido otros hierros de la familia, le toca ahora al de Jaime Guardiola: Juan Lamarca lo ha definido como ejemplo de integridad moral y profesional. Se pierde un tesoro de casta brava; al aficionado le queda el recuerdo de muchas tardes de auténtica emoción.

Tanto los toros de Guardiola como los del Conde de la Maza han tenido seriedad y nobleza, han propiciado una tarde de notable interés. Eugenio de Mora corta una oreja y roza la Puerta Grande. La nota amarga es la cornada de Venegas. El toledano sabe lo que es conseguir trofeos en esta Plaza, hace años. Su toreo se encuadra en la línea castellana, de mando y temple: la de Domingo Ortega y los Lozano. El primero, del Conde de la Maza, cornalón, sale fuerte, embiste con nobleza a la muleta. Eugenio logra series muy templadas, con clasicismo y torería, acogidas con entusiasmo por los aficionados. Es prendido dramáticamente al matar: corta una merecida oreja y muchos le piden la segunda. Sale con muchos pies el cuarto: las verónicas de recibo tienen la emoción que tantas tardes echamos de menos. Brinda al público, que está con él. El toro es bueno y el diestro, crecido, liga los derechazos con los de pecho, de categoría. Tardea el toro pero lo lleva prendido, con suavidad, en los vuelos de la muleta. Se demora al matar. No culmina el triunfo pero deja excelente impresión.

El extremeño Jairo Miguel tomó la alternativa muy joven, en México. El segundo, del Conde de la Maza, muy serio, bien lidiado por Ángel Otero, se viene arriba, embiste con genio. El diestro maneja con soltura los engaños, no se arredra ante las dificultades pero no logra faena lucida. Entra a matar con decisión pero la espada queda desprendida. El quinto, astifino, abierto de pitones, pelea bien en varas. Vuelve a lucirse Ángel Otero, esta vez con los palos. El toro galopa, Jairo aprovecha en parte las nobles embestidas con muletazos vistosos. Tarda en matar. No ha estado mal pero ha tenido una oportunidad... La fuerte y justa ovación se la lleva el toro.

José Carlos Venegas confirmó la alternativa el día en que abdicó Don Juan Carlos: impresionó su dramática pelea con un difícil Cuadri. En un arreón, el primer Guardiola lesiona en la rodilla al peón Vicente Cabanes; el toro humilla, embiste con nobleza a la muleta del diestro, que logra muletazos lucidos, lentos, de mano baja. La faena es desigual porque la res se apaga. En el último, también noble, traza muletazos voluntariosos que no acaban de calar en el sector más exigente del público. Sufre una fuerte voltereta y un pitonazo, al entrar a matar: se repone y, después de despacharlo, pasa a la enfermería, en medio de una fuerte ovación.

En esta fecha, caen las Perseidas: esa lluvia de meteoritos, conocida popularmente como «lágrimas de San Lorenzo» (por las que vertió el santo, en la hoguera). Mi dolor nace de ver que desaparece una ganadería histórica, una más. ¿Será la última? Me temo que no. La crisis está afectando, sobre todo, a las ganaderías (y a los novilleros). Si los profesionales no se unen –y no parece que lo hagan– es imposible que la Fiesta mejore. En el día de San Lorenzo, mis lágrimas son por los Guardiolas.

 

Ficha de la corrida

 

– MONUMENTAL DE LAS VENTAS. Domingo, 10 de agosto de 2104. Un cuarto de entrada. Dos toros de Conde de la Maza (1º, bueno, y 2º, muy serios) y cuatro de Salvador Guardiola Fantoni, de muy buen juego; algunos apagados.

– EUGENIO DE MORA, de purísima y oro. Estocada (oreja con fuerte petición de la segunda). En el cuarto, media estocada y descabello. Aviso (petición y vuelta al ruedo).

–JAIRO MIGUEL, de rosa palo y oro. Estocada desprendida (silencio). En el quinto, pinchazo y estocada. Aviso (silencio). .

– JOSÉ CARLOS VENEGAS, de añil y oro. Pinchazo, estocada y seis descabellos. Aviso (silencio). En el sexto, pinchazo, media y dos descabellos. Aviso. Pasa a la enfermería.

– PARTEO: Venegas sufrió «una cornada grave de 15 centímetros en fo- sa iliaca derecha que afecta músculos oblicuo, mayor, menor y transverso, llegando a la pala iliaca».

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