La entrevista más taurina de Andrés Calamaro
http://laeconomiadeltoro.worldpress.com
(TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA DE AFICIÓN PERÚ CON ANDRÉS CALAMARO, GRABADA DURANTE LA FERIA DE MANIZALES 2014)
Entiendo que mi generación no tiene un conflicto puritano acerca de la existencia o no de la Tauromaquia. Siempre, toda mi vida, he visto la Fiesta con respeto, con interés y con curiosidad… pero nacido en Buenos Aires, lejos de Aguascalientes, de Manizales, de Triana… no tuve yo una infancia ni una eterna juventud que me inculcase los valores, la liturgia, lo que es y lo que representa percibir los detalles y las cosas grandes de la Tauromaquia, para aprender a verlo y luego sentirlo.
Por lo tanto, ocurrió en mi vida adulta, conmigo recién llegado a Madrid, mirando la Monumental de Las Ventas con la ilusión de algún día tener mi abono… Empecé a ver los toros comprando en la reventa, para ver a los maestros que brillaban a comienzos de la década de los 90, desde los palcos y la andanada del sol o la sombra.
Llegué a ver al gran Cesar Rincón, al maestro Ortega Cano… Presencié el crepúsculo de los artistas Rafael de Paula y Curro Romero. Luego, la figura de Jesulín de Ubrique, que puede discutirse… pero creo, cuando aparece una figura que convoca, le está dando a la Tauromaquia muchos más años.
El privilegio de tener una amistad con artistas como Morante o Talavante llegó más tarde en mi vida. Volcado en disfrutar de los toros, a través de la televisión, con las grandes retransmisiones del Canal Plus, narradas por Manolo Molés y comentadas por Antonio Chenel. También era de estos madrileños que desayunaba con el periódico para leer las columnas de Joaquín Vidal, un crítico duro pero magnífico periodista taurino.
La gente de Canal Plus se portó muy bien conmigo, fueron los primeros que me invitaron a ver las corridas desde el tradicional palco de invitados. Hice mis primeras fotos taurinas con una Leyca, pero no fue hasta dos años atrás, en La México, cuando ya usé una cámara buena para hacer un reportaje de los detalles, del ambiente, del callejón… Con la gente de México, que me trató exquisitamente.
Es importante recordar que cuando cerraron La Monumental de Barcelona cerraban la última gran plaza con actividad en toda Cataluña. Me sentí indignado y avergonzado, además de motivado en mi espíritu intelectual. Por eso, esa noche en el programa de Andreu Buenafuente escribí unas coplas en las que manifestaba mi rechazo a lo que finalmente ocurrió. Ahí me ofrecí a renunciar a mi estatus dentro del progresismo, algo que se presume de un cantante bien pensante. Lo hice de una forma graciosa pero contundente, e inmediatamente empecé a recibir en forma de gratitud el saludo del mundo del toro.
Me encontré entonces con un mundo nuevo. Conocí al maestro Talavante, conocí al gran maestro Antonio Corbacho, luego en Sevilla conocí al entrañable ganadero (y rockero) Gerardo Ortega… Él me preparó mi gran noche de ingreso al mundo del toro: tentaderos en el campo con los maestros Arturo Macías y Francisco Rivera y tertulias a la luz de las velas con el tequila provisto por “El Cejas” y conversando con el ganadero, con Zabala de la Serna…
Desde esa noche y esos momentos de reivindicación no hago más que disfrutar de un estatus que me privilegia, que es el de ser bienvenido en los callejones, en los tendido, en los burladeros. Recibo la gratitud de los toreros, los ganaderos, los empresarios, los aficionados… de todo el mundo del toro que me agradece a mí, siendo yo realmente el agradecido, el que da gracias por esa acogida.
Éste es un momento de crisis política hacia la Tauromaquia. Hubo problemas en Quito, en Bogotá… Hay un debate superficial y puritano alrededor de los toros, que no es el verdadero debate. El toro es otro mundo y tiene su propia discusión y su propio conflicto, son los debates entre los taurinos: que las figuras, que las ganaderías, que el torerismo, que el torismo… Yo no tengo que participar en esos debates internos, en el cual sí forman parte otros aficionados de postín.
Encuentro el debate acerca de la existencia de la Tauromaquia muy superficial, basado en la desinformación. Creo que se confunden mucho las cosas y nos lleva a no presenciar un momento que considero muy importante, muy interesante y muy valioso, como es el momento actual de la Tauromaquia, con su Arte, su Valentía, su Heroísmo. Yo quiero seguir disfrutando de tardes bonitas, de días distintos…
A veces provoco la resistencia de focos antitaurinos que, dicho con el mayor de los respetos, no saben lo que dicen, no conocen el campo, no entienden este amor, y como con todas las cuestiones artísticas hace falta conocer los detalles del Arte Taurino, como ocurre con la poesía, el arte plástico, el cine… Por tanto me mantengo ajeno y cada año me prometo no discutir más sobre estos disparates.
Lamento que la prohibición forme parte del marketing de la izquierda progresista, hay una gran distancia entre estos arrebatos medievales juveniles y la realidad política, que muchas veces termina en una plaza cerrada. Es imposible negar que la desaparición de la Fiesta en Cataluña responde a una corriente política, con todo lo que esto conlleva. El político tiene su marketing, su público, sus intereses… Sin embargo, cada vez que viajo para ver toros me encuentro con una afición intacta y la verdad es que nunca he visto más que cuatro o cinco manifestantes antitaurinos haciendo el ridículo.
Intento no darle mayor importancia aunque es inevitable, creo que es una corriente de puritanismo en pleno siglo XXI. Estamos en una época en la que se han cerrado los cines, las tiendas de discos… en cualquier momento nos llevarán a la hoguera por ir de pesca o por ver una película bélica, puesto que esto encierra cierta violencia.
Lo que más preocupa de estas corrientes no el eco que encuentran en el asunto político, espero que dediquen más tiempo a rezar por el alma de aquellos que mueren de hambre o de guerra. ¿Cómo pueden leer que en un día han muerto 500 en Siria y dedicarse a discutir de manera campante sobre el sufrimiento de un animal que no conocen, que no han visto en la plaza ni en el campo, ignorando el amor del ganadero, el sacrificio que asumen los criadores… y ajenos a un Arte que se renueva con cada Toro que sale por los corrales?
En mis conciertos, para provocar y mostrar Arte, muestro lances de los maestros Morante, Manzanares, Talavante, José Tomás… Lo más puro, lo más bonito, la estética pura de las verónicas y los naturales de estos “Beatles” de la Tauromaquia. Lo hacemos en Quito, en Bogotá, en Barcelona y en todas las ciudades mientras suena la canción “Días distintos”.
No me siento el promotor de la Fiesta ni el difusor de la misma pero creo que así llevo la Tauromaquia a un público que quizá no lo conoce. En cualquier caso, lo que sostiene la Tauromaquia es el sacrificio y la dedicación de los ganaderos… y el talento triunfador de los toreros, especialmente de las grandes figuras que hoy podemos disfrutar: sevillanos, príncipes de Galapagar, extremeños, hidrocálidos, manizaleños…
El Cielo nos permite disfrutar acontecimientos como el Festival Taurino de Manizales, en el que podemos ver una plaza entera iluminada por las velas, mientras se pasea a la Virgen, para después escuchar el himno nacional y el himno local, después beber con las botas el vino y el aguardiente… La religión en Manizales es el aguardiente, la rumba y las corridas de toros. Aquí saben vivir.
Estoy muy orgulloso de ser un artista en el tendido o en el callejón, pero muy lejos de compararme con las importantes figuras que acompañaron a la Tauromaquia a lo largo de la historia. Desde mi humilde atalaya de rockero me halaga la amistad de mis queridos maestros y amigos taurinos.
Respeto mucho a todos los toreros, hay que distinguir y valorar las características y las cualidades que cada uno reúne para lograr el triunfo.