Sevilla 2016: el año de Morante
Domingo Delgado de la Cámara
06-02-2016
Aunque todavía no son oficiales, ya se conocen los carteles de la Feria de Sevilla. El asunto es lo suficientemente sugestivo e interesante para que abandone mi pereza habitual y escriba un artículo sobre el asunto. Normalmente la actualidad taurina me trae al fresco, el día a día de los taurinos con toda su carga de mezquindades y mediocridad, no me interesa lo más mínimo. Pero los avatares de la Plaza de Toros de Sevilla, por su importancia y trascendencia histórica, sí me interesan. Así que entremos de lleno en el fondo del asunto. La Feria de Abril de 2016, la puedo sintetizar en cuatro puntos. Son estos:
1.- El triunfo de la Empresa Pagés.
Hace dos años las figuras se amotinaron y se negaron a torear en Sevilla. Al parecer, se sentían maltratadas por el despotismo de los Pagés. Este argumento no se lo creyó nadie. Era evidente que los objetivos y las intenciones de las figuras eran otros. Se trataba de una jugada para quitar a los actuales empresarios y poner en su lugar a los amigos de las figuras. Por supuesto esto no fue explicado públicamente, pero todo el mundo lo sabía.
Con semejante maniobra, las figuras demostraron una ignorancia supina acerca de Sevilla y su circunstancia. Estaba claro que los maestrantes no se iban a rebajar metiéndose en la refriega. Además dicha corporación tiene unos vínculos muy estrechos con una empresa con la que tienen relación desde hace ochenta años. Jurídicamente las figuras también estuvieron muy mal aconsejadas. Cualquier persona con unos mínimos conocimientos jurídicos, sabe que un contrato no puede revocarse así como así, sin que haya de por medio un proceso judicial y su correspondiente indemnización millonaria.
En resumen, la Empresa Pagés ha capeado como ha podido estos dos años convulsos y continúa en su lugar. Y las figuras, que habían dicho que no volverían a torear en Sevilla mientras estuviera la actual empresa, están todas anunciadas en la próxima Feria de Abril.
Porque las figuras necesitan de Sevilla. Necesitan de una plaza a la vez prestigiosa y amable para asentar su cotización en los inicios de la temporada. De Madrid no se fían. Para las figuras torear en Madrid es un calvario, una plaza hostil para con los toreros de postín. Una plaza cargada de razones de peso para justificar dicha hostilidad. En Madrid es muy difícil triunfar con contundencia, por eso necesitan Sevilla. Y ya no podían estar más tiempo sin torear allí. Por eso se ha firmado la paz.
2.- Morante reemplaza a Curro.
Por primera vez en su carrera, Morante va a torear cinco corridas en la temporada sevillana, ocupando el mismo lugar que durante años, tuvo Curro Romero. Morante de la Pueble es la base y el eje de la Feria de Abril, y es el punto de máximo interés.
Se juega mucho Morante. Si tiene dos tardes inspiradas se convertirá en mito de Sevilla desplazando del pedestal a Curro. Pero si las cosas no ruedan, no va a ser tratado con la benevolencia con la que la ciudad entera trataba a Curro, y por tres razones:
a) La empresa se querrá cobrar muchas facturas después de quince años de mal rollo y desencuentros.
b) El Toreo actual se basa en unas exigencias mucho más duras que las de hace cuarenta años. Ahora están obligados a tener regularidad hasta los toreros artistas.
c) Con su enorme calidad y sus espléndidas actuaciones por esos ruedos del mundo, Morante ha demostrado que es un artista excelso, muy superior a Curro Romero. Y todos le queremos ver al máximo nivel.
Eso sí, como Morante saque su inspiración a pasear, podemos volvernos todos locos de gozo. Y otra cosa, por su arte incomparable y por su idiosincrasia, es evidente que Morante tiene que ser el torero de Sevilla. No se entiende muy bien la pasión de Sevilla por Manzanares, un torero ventajista y superficial, muy alejado del toreo auténtico y verdadero que siempre gustó al público de la Maestranza. Porque a pesar de ciertas concesiones benevolentes, en ningún lugar se ha degustado el buen toreo como en Sevilla. De ahí mi perplejidad por esta pasión repentina por el destoreo que ejecuta el torero de Alicante. Este año Morante tiene la oportunidad de convertirse en el Dios de la Maestranza. Ojalá lo consiga.
3.- La Feria no me gusta.
Están todos los que son. Están las figuras consagradas, están las novedades de interés, están los toreros locales que también merecen una oportunidad… y sin embargo, la Feria no me gusta.
Confieso que al único torero al que voy a ver con emoción es a Morante. Los demás, a pesar de su valor, su buena técnica y sus méritos indiscutibles, hacen un toreo previsible y estereotipado que no me genera ningún interés. La empresa ha colocado a todos, pero esos todos ¡ay! me los sé de memoria y me aburren mortalmente.
Las figuras consagradas están mil veces vistas. Y a los nuevos hay que ayudarles porque se lo merecen. Se han arrimado mucho y es necesario el relevo generacional. Pero de entre los nuevos, no veo en ninguno esa personalidad y ese talento necesarios para ser una figura de época. Por eso la Feria en general no me gusta. Y es buena, lo que sucede es que no me seduce nada la actual baraja taurina. Prueba de lo dicho es que me paso el día viendo videos de Antoñete, El Viti y Paco Camino, mientras que ni se me pasa por la cabeza ver por la tele una corrida actual. En la plaza las soporto, pero por la tele es imposible, me duermo. Insisto, es problema mío, será que me estoy haciendo viejo…
Antes he dicho que están todos… pero no. Repasando el cartel con más detenimiento echo de menos a Antonio Ferrera. ¿Dónde está Ferrera? Desde luego es una putada dejar fuera al autor de las faenas más templadas y más rotundas de las ferias de 2014 y 2015. Esta es una ausencia incomprensible. De los demás están todos, algunos de ellos con unas corridas muy por encima de sus merecimientos.
4.- El asunto del abono.
Actualmente hay muy pocos abonados en la Plaza de Toros de Sevilla. La crisis económica, los modestos carteles de las dos últimas ferias y unos precios imposibles, han hecho que el descenso de abonos sea alarmante. No creo que en la próxima feria se incremente mucho el abono. La plaza se llenará completamente los días de Morante y algún otro cartel redondo, pero va a haber muchos días de medias plazas y el sol vacío. El precio de las entradas en Sevilla es desorbitado y hace que la gente se tiente el bolsillo. Y sí, están todos y hay cuatro o cinco carteles muy interesantes. Pero también hay cuatro o cinco carteles infumables, que te disuaden de sacar el abono.
La recuperación de los abonados de la Maestranza no sólo va a depender de los aciertos de la empresa, sino de la propia evolución del escalafón de matadores y de la superación (o no) de la crisis económica. Esto va para largo y no va a resolverse en una sola temporada.
Pero en fin,. Con aciertos y desaciertos, con pros y contras, en Sevilla corren mucho mejores vientos que en los dos últimos años. En Abril nos espera Sevilla, como debe ser.
Domingo Delgado de la Cámara.