Andrés Amorós y Fernando Claramunt sobre la decisión del Ayuntamiento de Gijón de prohibir el toreo de salón
Una absurda prohibición
Andrés Amorós, ABC (7 Agosto 2014)
Una lamentable decisión del Ayuntamiento de Gijón ha negado el permiso para la clase de toreo de salón, para niños, que iba a dar Miguel Ángel Perera, en la playa de San Lorenzo, el martes 12, a las 11 de la mañana. Sólo la cobardía ante las posibles protestas de algunos antitaurinos explica una prohibición tan absurda.
Toda la vida, muchos niños españoles han jugado al toro: por supuesto, sin animal, sin sangre, sin crueldad alguna. Últimamente, algunos diestros están realizando esta actividad en muchas ciudades de España. En Gijón, era un acto festivo más de la Feria de Begoña, que se anuncia, con legítimo orgullo, como «la mejor Feria del Norte» (descontando Bilbao, se entiende): el coso del Bibio es precioso, posee larga historia; a él acuden muchos aficionados, asturianos o veraneantes; el acierto del empresario, Carlos Zúñiga, ha dado a esta Feria una importancia taurina y turística creciente.
Se ha intentado justificar la prohibición porque «Seguridad Ciudadana no autoriza, durante la época de baños, ninguna actividad que interfiera en los usuarios de la playa». ¿Qué molestia causan a ningún bañista unos niños que pacíficamente juegan al toro, con un profesor, un solo día, a una hora determinada, en una zona acotada de la playa? En todo caso, se hubiera podido negociar la ubicación más adecuada. Es evidente que se trata de un pretexto. Pero hay datos más cómicos.
En Gijón gobierna Foro Asturias y resulta que el señor Álvarez Cascos ha contado en público, muchas veces, que él no sólo es aficionado a las corridas, sino que ejerció como crítico taurino, en un periódico local. ¿Qué opinará cuando conozca este disparate?
Además, la alcaldesa, doña Carmen Moriyón, se ha declarado aficionada a los toros: desde 1992 asiste a las corridas, en el tendido 7, con su colega el doctor Pelletán; ha formado parte de la Peña Taurina «La Bellota» y ha sido partidaria de Joselito. Recojo textualmente frases suyas: «Siempre voy a la Plaza con mucha ilusión. La Tauromaquia es arte y es emoción. La moda de ser antitaurino pasará, como tantas modas. La Feria taurina de Begoña es sagrada. A mí me encanta ver la Plaza radiante». Y la guinda: «Yo sigo mucho a Esperanza Aguirre. Su apoyo a la Fiesta taurina es un ejemplo».
Desde el 12 de noviembre de 2013, la Tauromaquia está oficialmente declarada como parte integrante del nuestro Patrimonio Cultural: un arte al que todos tenemos derecho a acceder y disfrutar, si lo deseamos. Todos, supongo, menos los niños de Gijón, que no pueden cometer el horrible pecado de jugar al toro, pacíficamente, en una playa.
Han reaccionado ya la Unión de Federaciones Taurinas de Aficionados de España y el presidente del Observatorio de las Culturas Taurinas de Francia, André Viard, en una carta abierta al concejal Fernando Couto (que apoyó con su presencia el pregón taurino): «¿Por qué os habéis asustado de tal manera, hasta el punto de atentar a una libertad cultural fundamental? ¿Para comprar la paz o para no perder votos?». Y concluye, sin pelos en la lengua: «Vais a animar a todos los liberticidas a actuar en contra de cualquier cosa, sabiendo que basta con mandar una docena de correos electrónicos de cualquier lugar del mundo al Ayuntamiento de Gijón para que se eche para atrás. ¿Es esta la imagen que queréis dar, de la Democracia en general y de vuestro Ayuntamiento en particular?... Estoy seguro de que no».
Esta última frase es una licencia retórica, pero supone, también, dejar una puerta abierta a la rectificación. Veremos si el Ayuntamiento de Gijón reacciona, anulando este disparate
(José Maria Manzanares toreando de salon en la playa de Alicante el pasado Junio)
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Carta abierta al profesor Andrés Amorós
Fernando Claramunt López
Presidente del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida
Muy respetado profesor Andrés Amorós y muy querido y entrañable amigo: Te felicito por tu comentario sobre la increíble prohibición de que los niños de Gijón vean torear de salón a un diestro de categoría que tanto ensalza nuestra fiesta española. ¿Han encontrado peligrosa para los bañistas o para los niños la media verónica, la gaonera o la chicuelina? Ya sabes que hace años, sin ninguna clase de recomendación, gané varias oposiciones de ámbito nacional para médicos especialistas en Higiene Mental. Nada dijo entonces la Organización Mundial de la Salud sobre los riesgos del toreo de salón para los niños. ¿Será algún descubrimiento moderno? Las frecuentísimas noticias en TV sobre la llamada violencia doméstica, que no suele ser otra cosa sino criminalidad y brutalidad manifiesta, deberían atemorizar hoy a los bañistas de todas las edades. Científicamente hablando, nadie puede asegurar que cualquier día no se introduzca en las aguas de esa hermosa playa el "ex" de alguna compañera sentimental provisto de un gran cuchillo de cocina. Tal como están las cosas yo creo que deberían reforzarse las medidas de seguridad en todas las playas de España, no sólo en Gijón.
Por mi parte, veraneo en la playa de San Juan de Alicante, donde la mar está en calma y las gentes que veo en la arena también. En mi terraza frente al Mediterráneo, en primera línea, toreamos de salón todos los días mis nietos hispano-alemanes y yo con un capote y una muleta de verdad. Antonio va a cumplir siete años y ya sabe coger los trastos como es debido, aunque pesan demasiado para él. Elena con nueve años, nos jalea con olés en perfecto español. Luego comenta la corrida. (De salón está aprendiendo de ti a ser buen crítico taurino). La comenta en alemán, en francés y en inglés. He procurado que los dos niños se familiaricen con los retratos enmarcados en la pared de mi despacho en la zona cubierta de la terraza: San Agustín, San Jerónimo, Platón, Sócrates, Shakespeare, Cervantes, Montaigne y Goethe, además de "Manolete" , "Joselito El Gallo" y Juan Belmonte. Los saludan cada mañana antes de bajar a nadar. Creo que es suficiente protección.
¿Por qué no decir a las autoridades de Gijón que encomienden a tan santos patronos a los niños asturianos antes del baño? Y, en todo caso, que reconsideren los motivos de la prohibición quienes tuvieron tan peregrina idea. Desconocen que hubo muy buenos toreros asturianos, no muchos, pero todos buenos, en la historia de nuestra Fiesta. Algunos, con riesgo de la vida, eran grandes partidarios de la Libertad, con mayúscula, en los revueltos tiempos del siglo diecinueve. Esperemos mejores tiempos y un buen rato para beber sidrina con nuestros muy queridos amigos asturianos. Un abrazo, muy querido y muy respetado Andrés. Enhorabuena por tu acertadísimo comentario.
(Don Fernando Claramunt con su ultima obra "Las edades del torero y del aficionado")