Destripados
Por Álvaro Acevedo / Foto: Teseo Comunicación
8 mayo 2018
Justo el día en que tres novilleros abrían lo que Simón Casas se atreve a definir, en el colmo del onanismo, como “el San Isidro perfecto”, otro chaval denunciaba en las redes sociales que le habían pedido 1.500 euros por torear en un pueblo. La noticia es que lo ha dicho, porque esto pasaba ya hace 25 años en Barcelona pero con una tarifa que rondaba el millón de pesetas. Lo peor de todo aquello es que la Prensa se tapaba la nariz, y lo mejor, que ya no tenemos ese problema. En Barcelona, digo.
No es noticia que haya empresarios, y hasta ayuntamientos, que bajo cuerda pidan dinero a los novilleros, y tampoco es noticia, ojo, que haya novilleros ofreciendo ese dinero. ¿Daría su palabra Canano, el novillero denunciante, de que nunca ha pagado por torear? ¿O que jamás ha actuado bajo la fórmula del ir y venir? ¿O por menos del mínimo que marca la ley? Si es así, no podría hacer yo otra cosa que descubrirme ante este hombre amenazado gravísimamente por el empresario aludido. De muerte, según se escucha en la espeluznante grabación que ya se ha hecho viral, como dicen ahora.
A los novilleros hay muchas formas de sacarles las tripas. Una es ésta, a base de dinero, pero en manos de uno mismo está el no dejarse sabotear. Y luego está la del novillo-toro que tiene poco de novillo, mucho de toro y dos pitones como agujas. El afilador ese de la motocicleta y la armónica haría más negocio por las rutas del toro que en noventa y cuatro bloques de pisos. Las Ventas está siendo una destripadora de novilleros, a veces literalmente, en los últimos años, y hoy, otros tres chavales llenos de ilusiones han vuelto a caer en el avispero de Madrid, lo cual tampoco es noticia.
La tercera forma es ésta, con el cuchillo que decía tener guardado en el coche el caballero. Y sin anestesia ni nada. La verdad, que te llame Jack El Destripador para hacerte una visita sólo tiene dos alternativas. Decirle que proceda a comerte la mismísima punta del carajo, o denunciarlo ante el juez. Lo primero puede acabar en plan Puerto Hurraco, y lo segundo, también, porque en un país donde no hay justicia, no existe el miedo a la ley. Mientras, hemos conocido que Parla no dará toros este año, y no por culpa de Podemos. Ninguna empresa se ha presentado al concurso, y había subvención de casi 60.000 euros. Nos estamos destripando. Lentamente, dicen los más optimistas…