El ejemplo de Ponce (José Luis Benlloch )
Aplausos
La noticia de la reaparición de Enrique Ponce en Sevilla es la primera gran noticia que depara la Feria de Abril de Sevilla, por la reaparición en sí, que viene a confirmar la recuperación del hombre con todo lo que ello conlleva y de la que necesariamente hay que alegrarse después de los momentos y pronósticos tan duros que se vivieron en Valencia, pero sobre todo y ahora hablo como aficionado, por lo que tiene de ejemplarizante su decisión de volver en una plaza de la trascendencia y compromiso de Sevilla.
En tiempos tan extraños -y convulsos- como los actuales, en que los grandes miden al máximo cualquier paso a dar y sus posibles consecuencias o se orilla lo que siempre se entendieron como obligaciones intrínsecas de figura, entre ellas comparecer en los grandes escenarios y/o se adoptan posicionamientos reduccionistas como solución más frecuente cuando más se necesita, en realidad urge, su presencia, que una figura del toreo, con el prestigio y la posición consolidada como es el caso de Ponce, se levante de la cama para ir directamente a torear a Sevilla te retrotrae a los mejores tiempos de la fiesta y conecta directamente con las leyes más nobles del toreo.
A la épica vivida en Valencia, Ponce le acaba de añadir un importante tratado de ética. Sevilla se lo merecía y al toreo le hacía falta