CTI

Club Taurino Italiano

ARTE NEGRO

Álvaro Acevedo

(Cuadernos de Tauromaquia)

Ronda. Sábado, 6 de septiembre. Corrida Goyesca. 6 toros de Zalduendo, bien presentados y de poco juego en general.

Morante de la Puebla, silencio y dos orejas.

El Juli, oreja y oreja.

Miguel Ángel Perera, oreja y vuelta tras petición.

Morante y El Juli salieron a hombros.

 

Ese capote negro del paseíllo, Morante, ya anunciaba el cataclismo, yo creo. Ya amenazaba el arte con borrarlo todo, con ocultarlo, con taparlo como una manta negra inmensa. Una manta negra de arte negro. Se presentía el cante, Morante, con las columnas de la Maestranza por testigo y unos pocos cabales orientándose del soniquete.

Fue entonces cuando ese capote de dormidera bailó por lances y chicuelinas, cuando esa muleta honda, Morante, embarcó al de Zalduendo y dibujó el toreo como es el toreo, Morante, natural y puro, lento y limpio, clásico y eterno. Y esa muñeca marcó el compás, y la cintura acompañó el cante. Qué veinte naturales, Morante, y qué pase de pecho a la hombrera, y qué redondos ligados por Ronda, y qué ayudados finales. Y qué armonía, y qué ajuste, y qué tersura, y qué locura de toreo, José Antonio de la Puebla. La estocada, lenta y hasta la mano, puso fin a la tarde.

Ni El Juli, rabioso frente a un mal lote; ni Perera, sobrado ante toros sin raza, pudieron hacerle sombra al genio. La Goyesca, arrastrado el cuarto toro de la tarde, estaba ya muerta. Muerta de arte negro.

 

(Foto: Arjona)

 

Categoria: